Es una pena tener que escribir esta reseña, tengo visitando este hotel más de 20 años y siempre se había caracterizado por 3 cosas, las vistas, la comida y que la playa es exclusiva del hotel no dejando de lado la calidez que caracteriza a los guerrerenses hoy en día solo queda la vista y la playa, desafortunadamente desde que se jubiló el chef Gerardo la comida a venido terriblemente a menos hace un año aún era un 10 en todo, ensaladas, platos fuertes, postres, agua de sabor, salsas, aderezos, etc, hoy en día la calidad de los alimentos es muy pobre, la variedad es casi nula, el tipo de platillos es extremadamente básico, antes podían ofrecer barbacoa, carnitas, tinga de pollo con excelente sazón hoy te ponen papas en cuadros sin sabor, pasta sin cocinar, salchichas asadas, el personal hace lo que puede pero no hay como sacar adelante la decadencia del hotel, las habitaciones ahora sí ya son muy viejas, los colchones de hace 20 años, los mismos cojines, las regaderas muy antiguas y con mal funcionamiento, el aire acondicionado que a duras penas funciona, el elevador a la playa descompuesto, las bebidas alcohólicas de mala calidad y sin sabor, antes el todo incluido tenía minibar lleno de agua refresco, cerveza, hasta papas y m&m ponían hoy en día el agua que dejan es un litro y al parecer la exponen al sol porque tiene un olor y sabor terrible a plástico, realmente lamento hacer esta reseña porque era de mis hoteles favoritos en México