La gente fue muy amable, pero el lugar no vale la pena.
Cometí el error de no ver que el baño es compartido y eso está pésimo. Además, el baño está sucio y descuidado, no tiene mantenimiento desde hace tiempo. En la regadera no tiene azulejo, sino solo pintura y ya está sucia y vieja. Fue muy incómodo.
La habitación se ve bien, y está cómoda, pero no tiene ni un gancho para colgar la ropa.
Y no hay tranquilidad, al parecer es parte de una casa familiar, y el pasillo de las habitaciones es el de entrada también de la familia, porque pasan por ahí a cualquier hora, gritándose, con un perro ladrando, y no se siente privacidad ni comodidad.
De hecho, me sentía tan incómodo que no salí a cenar ya una noche.