10/10
Estuve muy a gusto en este hotel. La habitación era espaciosa y acogedora al mismo tiempo (habitación superior). Entre los varios tipos de cojín-almohada que había sobre la cama (tres tipos diferentes), encontré uno ideal para mí, ni muy alto ni muy bajo. También me gustó el hecho de que la habitación estaba fresca por defecto, al contrario que en la mayoría de hoteles de España, en los que hay que soportar veintitantos grados centígrados por la noche en los meses fríos, siendo imposible bajar la temperatura por estar centralizada. Había un termostato en el cuarto de baño. Creo que el termostato sólo controla la temperatura del cuarto de baño, donde hay hilo radiante (por lo que el suelo está calentito), pero no el radiador de habitación. De todos modos, esto no fue un problema. El radiador se puede controlar de forma manual, la manilla tiene unos números del 0 al 5. Dormí estupendamente con la manilla puesta en el 2.5. Si vuelvo a Estocolmo, volveré a este hotel. Por cierto, en esta misma calle hay un restaurante chino vegetariano llamado Lao Wai que también os recomiendo.
Paloma
Se hospedó 4 noches