8/10
La primera impresión sobre el hotel no es buena, por la ubicación sobre la vía y por la fachada, pero una vez adentro cambia completamente. No hay mucho para hacer cerca, pero la estación de tren queda prácticamente al frente y eso facilita los movimientos. Hay que tener en cuenta que el ascensor no llega al piso 3 que es el último nivel, así que toca subir las maletas por las escalas. Las habitaciones son grandes, cómodas y silenciosas.