Hotel antiguo, necesita una reforma urgente. Habitación arcaica, simple y con muy poco gusto. Television pequeña y con 8 canales (No olvidemos que estamos en el mismísimo Berlin) Baño pequeño, estrecho y con cortinas en la ducha.
Lo peor viene con la conexion WiFi, que es inexistente, simplemente no te puedes conectar y no hace falta que reclames, ya que entonces te das cuenta de la simpatía de la recepción, que es como el WiFi, inexistente.
El desayuno es correcto.
Otro punto positivo es su cercanía al Aeropuerto de Tegel.
El resto es para olvidar y no volver.