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En la vida me habían gritado en un hotel hasta esta vez. Nos enviaron un mail para que hiciésemos el check in des de las 10 hasta las 19. Llegamos a las 18h y el sitio cerrado. Menos mal que hablamos italiano y pudimos pedir en una pizzeria cerca que les llamasen. Llegó a gritos diciendo que no tenía porque estar perdiendo el tiempo en la recepción. El parking está en el puerto unos 15m andando por las escaleras), que lo tengan en cuenta la gente con carritos y problemas de mobilidad. Al día siguiente en el desayuno a gritos con la gente para que tomase asiento y nos indicó que el check out es a las 10, fuimos a por el coche y sobre la 9:45 volvimos con él (se puede aparcar en la plaza de enfrente 5m) y a gritos diciendo que nos había llamado a la habitación que donde estábamos que teníamos que hacer check out. El hotel es precioso, muy bien cuidado, pero el servicio es pésimo. Una pena porque sino sería un gran boutique hotel.