La experiencia con el hotel estuvo muy bien, la chica de recepción excelente atención, muy amable, muy atentos. Las recámaras muy bien, limpias. El staff en general muy bien.
El problema es el restaurante, tienen pésima actitud, desde que te acercas, ni siquiera entras, ya están haciendo groserías, caras y tienen pésima atención y actitud. De solo acercarte a las sillas te preguntan si vas a consumir sino te quitan, aunque no tengan gente. Intento una prima desayunar sola en la parte de a fuera en las mesas y no la dejaron, que porque las sillas son familiares cuando ni siquiera tenían gente. Los chilaquiles no tienen nada de sabor; es un caldo aguado, pides fruta y te dan dos pedazos. La mesera no te deja ni hablar de lo que estás pidiendo. Nefasto el servicio, no se porque si no les gusta su trabajo siguen ahí.
